La Buena Parte del Día - Efesios 3:19-20

El Apóstol Pablo en este mismo capítulo inicia una oración pidiéndole a Dios que como creyentes seamos capaces de captar la magnitud del amor de Cristo. Queriendo hacer una invitación donde miráramos hacia todos los horizontes del universo y al cielo que está sobre nosotros, y a la profundidad de la tierra y de los mares, para concluir que "El amor de Cristo es tan inmenso como todo aquello".
1. La plenitud del ser humano está únicamente en Dios.
La Plenitud es la certeza de vivir siendo nosotros mismos de acuerdo al diseño de Dios, vivir con alegría y gratitud cumpliendo los propósitos por los cuales Dios nos creó, es saber que hay muchas metas por cumplir pero así mismo Dios nos ha dotado de la capacidad suficiente y abundante para llegar a ellas y a la vez trascender en la preparación hacia una eternidad con EL.
No hay palabras suficientes para explicar este amor, y nuestra comprensión de él avanza únicamente cuando profundizamos en una relación íntima con Cristo. Hay gran diferencia entre el conocimiento albergado en nuestra mente, y el conocer vivencialmente a Dios a través de una relación. (Rom.12:2) dice: "transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta"; debemos comprobar por medio de nuestra relación personal con Dios que su voluntad es buena, agradable y perfecta para nosotros. Al descubrir esto vivimos plenamente, sin recurrir a lugares o personas para encontrar lo que solo el amor de Jesucristo puede proveernos.
2. El Poder de Dios actúa en nosotros.
Dios obra en nosotros, y obra a través de nosotros, El se glorifica en nuestras vidas. Y este poder nos capacita para todo lo que Dios ha colocado en nuestras manos, estamos donde estamos porque Dios nos ha colocado allí y nos dotó de las capacidades para hacerlo. Este poder actúa en la medida que nuestros corazones están abiertos, nuestra mente es renovada y nuestra fe puesta en acción, manteniendo una comunión, con el Señor y sometidos a su palabra. No podemos ver frutos diferentes en nuestra vida si no aprendemos a caminar en la dimensión espiritual en la que fuimos creados por el poder de Dios que actúa en nosotros.
Oración.
Gracias Señor porque tu amor nos hace completos y plenos, y tu poder nos lleva más allá de lo que imaginamos. Amen!
Por: Rosana Quevedo Angel.